«Día del Niño» Ser padres no se trata de ser perfectos, sino de estar presentes

Cada tercer domingo de agosto se celebra el Día del Niño en el Perú, y este día nace para agasajar a las niñas y niños, y para concientizar a la población sobre los aspectos claves para lograr un adecuado desarrollo físico y emocional desde los primeros años de vida.

Desde el 2002, cada tercer domingo de agosto, el Congreso de la República decidió hacer efectivo el “Día del Niño” como parte de las acciones del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social, destacando el Desarrollo Infantil Temprano (DIT) como prioridad en la agenda de la política pública. 

El principal objetivo de la celebración del Día del Niño es crear conciencia en la sociedad peruana, sobre la necesidad de proteger, cuidar y exigir el cumplimiento de los derechos de las niñas y niños del país. Como sabemos, los primeros cinco años de vida de todo ser humano se define, en gran medida, por su capacidad para desarrollarse y consolidarse en la adultez, siendo una ciudadana/o beneficiosa/o para sí misma/o, su familia y la sociedad. Por ello, es importante garantizar que niñas y niños tengan cuidados sobre su salud, cuenten con acceso a la educación, tengan el derecho a jugar, a tener una vida familiar, a la protección, a vivir en un ambiente sano y seguro con mucho cariño y amor.

Se conoce que los aspectos básicos que la mayoría de padres y madres brindan a sus hijos, están mayormente relacionados con el tema de salud física, nutrición y educación, tres pilares muy importantes, que desde hace muchos años se consideraban como lo primordial para brindarles a nuestras hijas e hijos, sin embargo, hoy sabemos que esto no es suficiente. 

Los padres no solo son guías para impartir disciplina o poner límites, sino también es importante que puedan brindar afecto mediante cada sonrisa, abrazo o momento especial, porque se produce un impacto muy profundo en el desarrollo, bienestar y capacidad de toda persona.

El desarrollo emocional del niño es un aspecto igual de trascendental como lo es el desarrollo físico, ya que son las bases de un desarrollo integral de todo individuo. El afecto físico y las expresiones de amor impactan poderosamente en la confianza, el desarrollo cerebral, el nacimiento, la consolidación de habilidades sociales y futuras capacidades para hacer frente a la vida. 

Por ello, cuidar y estar presentes en la vida de las hijas e hijos significa mucho más que estar físicamente con ellos y cubrir sus necesidades básicas. Significa escuchar con atención cuando comparten sus alegrías y preocupaciones, participar en sus actividades cotidianas y ser una presencia constante en sus vidas. Cuando se toman el tiempo para jugar, conversar y compartir momentos juntos, están construyendo una base sólida para una relación significativa.

Ser padres no se trata de ser perfectos, sino de estar presentes. Cada día existen oportunidades para conectarse con las niñas y niños de manera significativa. En medio de las responsabilidades diarias, es importante hacer un esfuerzo consciente por dedicar tiempo de calidad a los hijos. Crear momentos especiales con ellos que recordarán para siempre.