agosto 21, 2020
Conoce más sobre la alimentación complementaria en bebés
La digestión y absorción de nutrientes es necesaria para la supervivencia de los organismos y es una tarea compleja y específica del sistema digestivo. Si bien la mayoría de las personas simplemente asume que su sistema digestivo funcionará correctamente para usar nutrientes de los diversos alimentos que ingresan, para proporcionar energía y liberar desechos, pues, en realidad, no se conoce mucho de cómo se digieren los diversos nutrientes y como luego atraviesan las células que cubren el intestino delgado para llegar a la corriente sanguínea y así, recorrer el cuerpo, para ser utilizado por otras células.
Una vez que ingerimos los alimentos, necesitan descomponerse en sus diversos nutrientes (digestión) para luego ingresar a nuestro cuerpo (absorción), para ello, se necesita que el aparato digestivo produzca unas sustancias, llamadas enzimas, que se va logrando a medida que vamos creciendo. Esta compleja situación de interdependencia entre el tipo de enzima específico para cada tipo de alimento, dificulta su incorporación desde que se nace.
Este conocimiento, de la manera como diferentes procesos están involucrados en la digestión y absorción de alimentos, luego del nacimiento, es la razón que están detrás de las prácticas de alimentación y el uso de las características de las preparaciones: cantidad, consistencia y tipo de alimentos (de origen animal, aceites, azúcar, etc).
La alimentación complementaria se preparará con alimentos disponibles en la olla familiar y apropiados para la edad.
Según la Organización Mundial de la Salud, la alimentación complementaria es la transición de la lactancia exclusivamente materna a la alimentación complementaria abarca generalmente el periodo que va de los 6 a los 18 a 24 meses de edad, y es una fase de gran vulnerabilidad, cuando para muchos niños empieza la malnutrición, y de las que más contribuye a la alta prevalencia de la malnutrición en los menores de 5 años de todo el mundo.
A partir de los 6 meses de vida, es el momento adecuado para introducirse la alimentación, lo cual significa que todos los niños deben empezar a recibir otros alimentos, además de la leche materna. La alimentación complementaria debe ser suficiente, lo cual significa que los alimentos deben tener una consistencia y variedad adecuadas, y administrarse en cantidades apropiadas y con una frecuencia adecuada, que permita cubrir las necesidades nutricionales del niño en crecimiento, sin abandonar la lactancia materna.
La preparación y dar de comer los alimentos deben realizarse en condiciones seguras, es decir, deber tomarse en cuentas todas las medidas de higiene que reducen al mínimo el riesgo de contaminación por microorganismos patógenos. De otro lado, dependiendo de la edad del niño, las preparaciones de alimentos deben tener una textura adecuada y ofrecérselos de forma que respondan a su demanda.
A los 6 meses, se iniciará con alimentos aplastados en forma de papillas, mazamorra o purés; entre los 7 y 8 meses, se dará principalmente alimentos triturados en las mismas formas de preparación; entre los 9 a 11 meses, se introducirán los alimentos picados; y finalmente, entre los 12 y 24 meses deberá integrarse a la alimentación de su entorno familiar.
Lineamientos específicos:
- Continuar con la lactancia materna hasta los dos años de edad.
- A partir de los 6 meses de edad iniciar la alimentación complementaria
- Practicar la alimentación interactiva estando atento a las señales de la niña o niño, respondiendo con paciencia y amor.
- Promover buenas prácticas de higiene en la manipulación de alimentos para evitar infecciones.
- Alimentar a la niña y niño durante el día con tres comidas principales y dos entre comidas adicionales conforme crece y desarrolla según su edad.
- Iniciar con alimentos semi-sólidos (papillas, mazamorras, purés) evitando el uso de bebidas azucaradas de bajo valor nutritivo. Modificar gradualmente la consistencia conforme la niña o niño crece y se desarrolla, de acuerdo a su edad, ofreciendo los alimentos aplastados, triturados y luego picados, hasta que la niña o niño se incorpore en la alimentación familiar.
- Alimentar a la niña o niño durante el día con tres comidas principales y dos entre comidas adicionales conforme crece y desarrolla según edad.
- Incremente la cantidad de alimentos que ofrece a la niña y niño en cada comida, conforme crece y de desarrolla según su edad.
- Incluir diariamente alimentos de origen animal como carnes, hígado, pescado, sangrecita, huevo. Incorporar leche y/o productos lácteos en las comidas de la niña y niño.
- Promover el consumo diario de frutas y verduras disponibles en la zona.
- Enriquecer una de las comidas principales de la niña o niño con una cucharadita de grasa (aceite, mantequilla, margarina).
- Suplementar con sulfato ferroso, vitamina A, necesidades de yodo.
- Durante los procesos infecciosos, fraccionar es decir en pequeñas cantidades las comidas de la niña o niño, ofreciéndole con mayor frecuencia con la finalidad de mantener la ingesta adecuada. Ofrecer una comida extra hasta por dos semanas después de los procesos infecciosos.
Opiniones / Comentarios de otras personas