marzo 12, 2020

Desplazamiento Seguro: espacio adecuado para tu bebé

Espacio Adecuado Para Desplazamientos Seguros - Mis Primeros Tres

La rutina del niño tiene dos momentos: sus cuidados (comer, bañarse, descanso),  y la actividad libre y juego. Tener condiciones que satisfagan sus necesidades, favorece su desarrollo y aprendizaje.

La seguridad es importante. Un espacio seguro física y afectivamente, favorece movimientos que nacen de su interés, con propósito, lo que implica aprendizajes significativos; junto al adulto, el niño desplegará su potencial.

Los niños desarrollan destrezas motrices, aumentando su capacidad de desplazamiento, logran girar, rodar, gatear y caminar, explorando y disfrutando  sus capacidades motoras. Desplazándose, experimenta nociones de alejarse-acercarse, subir-bajar, moverse-detenerse, promoviendo el desarrollo del pensamiento simbólico. Estas capacidades se desarrollan espontáneamente con un ambiente y acompañamiento adecuados.

El adulto estará atento a las necesidades del niño y cambiará el espacio según lo demanden sus avances.

Prevengamos accidentes: revisando objetos (rotos, sucios), la estabilidad de muebles (para evitar caídas de apoyarse el niño), el piso (limpio, no resbaloso), la distribución de objetos (atractiva y no recargada para no sobre-estimular). Acomodemos la habitación del bebé para que juegue en el suelo; si no la tiene, contemos con un rincón preparado para él.

En la etapa de aprendizaje motor, de movimientos de ensayo-error, deberíamos reorganizar la casa: pongamos rejas en escaleras y puertas de cocina, tapemos enchufes etc. Delimitemos un espacio donde el niño pueda moverse libremente y disfrutar de la experimentación y juego.

Cuando el niño trepa, apila y construye con objetos, le interesa recorrer diferentes espacios, probar alturas, posturas y dimensiones, experimenta con materiales, trasladándolos (carga, arrastra), clasificándolos, etc. Disfruta también del espacio exterior (parques).

Esta libre exploración desarrolla  habilidades como establecer relaciones de contraste (dentro-fuera, arriba-abajo, grande-chico), que desarrollan el pensamiento lógico-matemático, analizando objetos, clasificándolos, comparando y diferenciando.

Al organizar el espacio del niño, procuremos:

  • Ubicar materiales y mobiliario de modo seguro y a su alcance.
  • Tener suelo estable.
  • Tapar enchufes.
  • No colindar con cocinas o depósitos de limpieza.
  • No incluir:
    • Harina: puede caer en los ojos, y pueden comérsela y enfermar.
    • Masas gelatinosas: puede comérselas.
    • Televisores: provocan una actitud pasiva.
    • Globos: asustan al reventarse y causan asfixia si los tragan.
  • Tener los juguetes a su alcance, para que los tome solos.
  • Facilitemos el desplazamiento autónomo.

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