agosto 1, 2019
Alimentación infantil responsiva
La alimentación responsiva, es el tipo de alimentación donde el adulto está sintonizado con las señales del niño, respondiendo a ellas apropiada y oportunamente, dándole motivación y apoyo; que el adulto sea sensible (lee las señales del niño), y responsivo (responde apropiadamente), es la base de una adecuada alimentación.
De la etapa prenatal a los dos años, es el momento más importante de desarrollo, en esta etapa se forma y desarrolla casi por completo el cerebro, necesitándose, más que en cualquier otro momento, la mejor nutrición, empezando por la buena nutrición de la madre gestante.
Una buena relación cuidador-niño, influye positivamente en la alimentación y desarrollo infantil y previene problemas de comportamiento alimentario. Establecer una rutina y relación adecuadas en los momentos de la alimentación es crucial, así:
- El cómo se toma y mira al niño.
- La preparación del espacio.
- La tranquilidad y seguridad que se le da mientras come.
- Permitir que el niño se exprese, escucharle y respetar sus tiempos.
Facilita el establecimiento de una relación saludable y placentera con los alimentos.
El desarrollo cognitivo y motriz dependen de la buena nutrición y salud, así como del vínculo afectivo y un entorno amable y provocador, por lo que promover las capacidades de las familias para el cuidado del niño, es esencial. El niño necesita una relación empática, cercana y cálida, y contención; así la calidad del cuidado y la alimentación son igualmente importantes.
Alimentarse con otros también es importante: comiendo con otros los niños aprenden a respetarse, colaborar, a ser solidarios; aprenden normas sociales.
Características de la alimentación responsiva:
- Responde a las señales de hambre y saciedad.
- Se conversa con el niño.
- Se hace contacto visual.
- Alimenta con paciencia, haciendo las pausas que el niño necesite.
- Anima al niño a comer solo, a tocar y explorar la comida, a probar sabores y texturas, a disfrutar.
- Brinda un ambiente agradable y estimulante.
Las prácticas inadecuadas de alimentación provocan problemas de salud, aprendizaje y comportamiento. De ahí su importancia. Una apropiada nutrición y hábitos de alimentación, son fundamentales para una buena salud y desarrollo.
Mary Ainsworth, psicóloga estadounidense, afirmaba que la clave para que el niño establezca lazos afectivos seguros, es la habilidad del cuidador para percibir e interpretar sus señales y responder a ellas. Los comportamientos adecuados y oportunos del adulto moldean la maduración de estructuras cerebrales responsables de la regulación afectiva, base de la salud mental.
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