El estado de introspección de una madre y la repentina escasa comunicación deja a los padres o acompañantes sintiéndose solos o desconectados. En este momento es clave darse cuenta de que las necesidades que deben ser atendidas son 100% de la madre para que pueda llevar el parto con calma.

Si algunas personas alrededor entran en una conversación o incluso cuentan historias de partos difíciles, esto solamente hará que el lado derecho del cerebro de la madre se reactive y se genere un retroceso en el ritmo del parto; o incluso se podría detener el ritmo completamente.

Es muy importante mantener un silencio respetuoso durante las contracciones. De hecho, susurrar a una mujer durante contracciones puede ser muy irritante para ella.

La habilidad que tiene una mujer durante el trabajo de parto para comunicar sus necesidades es muy baja cuando ya ocurren las contracciones. Por lo tanto, el acompañante debe anticipar las necesidades de la madre. Por ejemplo, durante el parto una mujer necesita beber al menos medio vaso con líquido cada hora. Incluso también ayudaría una cañita para acercarle el vaso. Si ella tiene sed, tomará el líquido, y si no tiene sed va a voltear la cabeza o podría escupir en el vaso. ¡El acompañante no debe tomarlo personal!

Además, el acompañante podría evitar preguntas como: “quisieras jugo de naranja, una fruta o jugo de manzana?”, es mejor que elija una y la ofrezca directamente. 

Es recomendable que la pareja tenga unas claves de comunicación antes del parto. Por ejemplo, frente a una pregunta, la madre podría levantar el dedo índice para indicar que se trata de “sí” y no tiene que sentirse expuesta con su respuesta porque es un código íntimo y en complicidad con su pareja. Este signo puede ser usado si la madre desea por ejemplo que haya menos personas en su sala de parto.

¿Qué significa decirle a una mujer en trabajo de parto que se relaje? Un trabajo de parto real puede estar muy lejos de ser relajante. Es un momento de trabajo duro, muy duro. Está bien si la mujer quiere apretar una almohada o una mano si eso la ayuda. Estar activa es parte del parto, así como el dolor para que el bebé pueda salir.

Pedirle a una mujer que se relaje puede ser muy inútil y eso puede hacer que ella se desanime al darse cuenta de que no es capaz de relajarse. Si el parto se hace largo o difícil, ellas podrían pensar que es porque no se relajaron lo suficiente. Esta autocrítica solamente añade más tensión para la madre.

Entonces, si de verdad quieres ayudar a una madre, es mejor que no le repitas que se relaje. Si ella pudiera relajarse, lo haría. Nadie más en el mundo quisiera relajarse más que ella; pero no podrá hasta que el bebé nazca.

Como acompañante, se puede intentar evocar algunas imágenes de relajación, comentando:

• A medida que botas el aire, tus ligamentos se suavizan.
• Siente tu zona pélvica suavizarse con cada contracción, un poquito más con cada exhalación.
• El dolor es fuerte, pero tú eres más fuerte que ese dolor.
• Ya casi logras traer a nuestro bebé.

Con respecto a “respira, respira”, en realidad, la naturaleza de la madre hace que su respiración se adapte instintivamente hacia el ritmo que calza con el trabajo de parto. Incluso si la madre ha aprendido alguna técnica de respiración, en ese momento, la madre encontrará su propio ritmo.

Recuerda:

• Darse cuenta qué funciona y hacer más de eso.
• Estar al tanto de la respiración.
• Sé aliado de tu bebé.
• Estar al tanto y presente sin juzgar.
• Límites de las sensaciones.
• Límites de la comodidad (¿dónde exactamente empieza y termina este confort?).
• Centro de la sensación (¿dónde se ubica el climax de esto o dónde deja de sentirse?).
• Masajes.
• Vocalización primordial, cantar.
• Espiral (fuera del centro de la sensación, se mueve como espiral con cada exhalación).

• Entérate antes como es un parto para que no te sorprendas de lo sucederá.
• Protege la privacidad, apaga el teléfono, cierra las puertas, restringe las visitas.
• Observa y anticipa las necesidades de la madre. No hagas tantas preguntas.
• Silencio respetuoso, o hablar muy despacio, suave, durante las contracciones.
• Usa señales no verbales.
• Sugiere baño, ducha, cambio de posición, caminar, evacuar.
• Intenta que beba bebidas nutritivas, al menos medio vaso cada hora. Puede ser té con miel o jugos, no solamente agua o hielos.
• No tomes ningún rechazo o reacción de manera personal.