mayo 31, 2019
Todo sobre la importancia del sueño en el desarrollo del niño
El sueño es un proceso fisiológico donde el cerebro descansa luego de la vigilia; es determinante en el crecimiento y desarrollo del niño, su desarrollo cerebral y la maduración del sistema nervioso. Ayuda a mantener la salud mental, física y emocional, controla la energía y la temperatura corporal.
Dormir es tan importante como comer o respirar, alimenta al niño y le permite regular el ciclo sueño/vigilia que perdura hasta la adultez. Este ciclo, comienza en el embarazo, desde las 30 semanas el feto inicia la organización de ellos:
- Sueño tranquilo: es profundo y repara, se producen la hormona del crecimiento y cortisol, que participan en las defensas del organismo, y el sistema linfático (parte importante del sistema inmune), se activa 10 veces más que en vigilia.
- Sueño activo: procesa y almacena acontecimientos y aprendizajes del día en la memoria a largo plazo.
Los bebés menores de 4 meses duermen entre 16 y 18 horas, su sueño es fragmentado por la frecuencia de la lactancia. A los 6 meses el bebé puede dormir entre 6 y 12 horas seguidas. Conforme crece, los períodos de vigilia aumentan y se afianza el sueño nocturno. Hacia el primer año puede dormir toda la noche y hasta los 3 años, necesita dormir una siesta adicional al sueño nocturno.
Los niños con problemas de sueño pueden manifestar hiperactividad, dispersión, irritabilidad o impulsividad, también se puede afectar la actividad motora, el desarrollo psicomotor y la capacidad de aprendizaje.
El estilo de vida familiar influye en la calidad del sueño; el establecimiento de un horario influye en la organización de habilidades perceptivas, motrices, cognitivas, lingüísticas y sociales, herramientas importantes para interactuar con el entorno y el desarrollo. Dada su importancia, es importante crear el clima apropiado para establecer un ritmo de sueño.
Hábitos saludables:
- El tiempo del sueño es prioridad, el niño debe aprender su importancia para su vida y salud.
- Tener una rutina, con horarios de alimentación, higiene y sueño: por ejemplo, cepillado de dientes, cuento y acostarse.
- Tener actividad en el día para descansar mejor.
- 1 hora antes de acostarse no pantallas, ni teléfonos, ni actividad física para preparar al cerebro para dormir.
- Crear un ambiente que favorezca el descanso: iluminación tenue, una cama cómoda, de preferencia sin juguetes.
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