junio 25, 2020
Reconocimiento emocional en el adulto
Una emoción es una expresión de respuesta que nos ayuda a reaccionar rápidamente ante acontecimientos inesperados. Cada emoción nos prepara para una respuesta distinta, por ejemplo, el miedo acelera el latido cardiaco, haciendo llegar más sangre a los músculos favoreciendo la respuesta de huida.
No podemos desconectarnos de ellas o evitarlas, necesitamos expresarlas pues reprimirlas desencadenan problemas. Reconocerlas y comunicarlas correctamente, es esencial. Identificar emociones, provee datos para tomar decisiones, influye en nuestro bienestar, en nuestra interacción y comunicación interpersonal que se apoya más en la comunicación no verbal (gestos expresividad facial).
Para desarrollar esta capacidad, empecemos por nosotros mismos; esforcémonos por ser conscientes de nuestras emociones y expresiones. Puede ayudar escribir algún tipo de diario para reflexionar y hacer consciencia sobre ellas, así nos conoceremos mejor y sabremos qué elementos cotidianos influyen en nosotros.
El reconocimiento emocional facilita:
• Tomar mejores decisiones.
• Mejores relaciones interpersonales.
• Prestar atención a nuestras necesidades.
• El autoconocimiento
• Alejarnos de la ansiedad o depresión.
La mayoría de las emociones se experimentan en el cuerpo. Prestando atención a nuestras sensaciones corporales podemos reconocer lo que sentimos: puede reaccionarse con contracturas musculares a la ansiedad, o con un nudo en el estómago al miedo. Cuando algo se altera en nuestro organismo, preguntémonos: ¿qué síntomas físicos experimento?, ¿Qué lo causa?, ¿por qué aparece ahora?
Si somos capaces de nombrar la emoción, tomamos conciencia de ella y podemos manejarlas racionalmente.
• Pensemos cuál es el mejor modo de expresarnos: A veces necesitamos expresarnos de varias formas, preguntémonos qué consecuencias tendrá expresarnos de un modo u otro.
• Identifiquemos qué pretendemos conseguir al expresar una emoción: aclarar lo que sentimos, mostrar afecto, resolver un problema; así encontraremos el mejor modo de expresarnos.
• Regulemos la intensidad de las emociones: No es igual expresar enojo gritando, que hablando severamente pero calmo. Tomémonos un momento para que la emoción “disminuya” y pensar con claridad sobre lo que haremos. Si vamos a sentir ira exagerada, podemos respirar primero, para controlar la intensidad de la ira y expresarnos sin desbordarnos.
El conocimiento de las propias emociones y de las de los demás propicia el autoconocimiento, brinda habilidades que permiten apreciar y expresar equilibradamente nuestras emociones, entender las de los demás y utilizar esta información para guiar nuestro pensar y actuar.
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