junio 26, 2018
Rutina y espacio familiar – 12 a 18 meses
Las relaciones rutinarias nos permiten garantizar momentos de calidad, en donde el niño/la niña aprende a tomar conciencia de sí mismo/misma, y del mundo del que lo/la rodea. Si les hemos tratado con respeto, confianza y compasión, ellos y ellas podrán relacionarse también de la misma manera. En este punto, las rutinas deben de servir para establecer una relación de complicidad. Sin embargo, a veces durante el momento de la alimentación, el cambio de pañales, o el baño…, lo hacemos de prisa, con ansiedad y nervios. A veces se hace lo más rápido posible sin tener en cuenta al niño/la niña, sin percibir a veces por qué no quiere hacer una cosa u otra, o sus reacciones negativas frente a algunas propuestas.
Con la prisa a veces no podemos disfrutar de los momentos que ya estamos juntos. Pueden intentar aprovechar estos momentos para iniciar al niño/la niña en la participación y cooperación durante el cambio y las comidas.
Como consecuencia, al tener en cuenta su evolución, al respetar sus ritmos, conocer sus gustos, de todas maneras, tu hija/hijo sentirá lo que significa ser respetado/respetada. El proceso es un paso muy importante para ellos y ellas, y como papis y mamis es importante valorarlos y acompañarlos.
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