agosto 21, 2020
La construcción de la autoestima en niños
La autoestima, es la evaluación que hacemos de nuestras características personales; es la valoración que cada persona tiene de sí mismo. Para construir una autoestima saludable necesitamos cuidadores que nos acepten y quieran. Necesitamos su comprensión y apoyo, que nos enseñen a enfrentar dificultades, a valorar nuestras cualidades y capacidades y aceptar nuestras limitaciones y defectos.
Su construcción es un proceso interno, permanente y dinámico, de continuas autoevaluaciones que surgen de nuestros pensamientos, sentimientos y experiencias. Una buena autoestima, acepta limitaciones sin verlas como desventajas, nos permite querernos, respetarnos, y tener seguridad de quiénes somos, sin sentirnos mejores o peores; así nos desarrollamos saludablemente.
Contribuyen a una buena autoestima los mensajes positivos, la aprobación de nuestra manera de ser, el afecto, la dedicación que sentimos de nuestras personas significativas, el reconocimiento de nuestros esfuerzos y logros.
Si un niño se siente querido y valorado, construirá una autoestima positiva y confiará en sus capacidades, desarrollándolas.
Una buena autoestima nos hace sentir satisfechos de nosotros, favorece la adaptación social, influye en cómo percibimos la realidad y las posibilidades de progresar.
Para construir nuestra autoestima, debemos construir nuestro auto-concepto, que es reconocer cómo somos, nuestras conductas, actitudes. El auto-concepto proporciona un marco para la percepción y organización de nuestras experiencias, y a través de él comprendemos los pensamientos, sentimientos y conducta de otros.
Una baja autoestima es la valoración negativa y distorsionada de las cualidades personales. Las características positivas se invisibilizan, y las negativas se sobredimensionan. Nos impide reconocer nuestras virtudes y defectos reales, genera inseguridades sobre nuestra valía personal, obstaculizando nuestro desarrollo y bienestar. Dañan la autoestima, los mensajes negativos, la desaprobación constante, el maltrato o abandono de nuestras personas significativas y el poco reconocimiento de nuestros esfuerzos.
Todos necesitamos tener autoestima para vivir y desarrollarnos saludablemente. Es importante aprender a querernos y valorarnos, reconociendo nuestras fortalezas y defectos.
Los padres jugamos un papel esencial en la construcción de la autoestima, aspecto básico del desarrollo. Un niño sin autoestima, difícilmente logrará un desarrollo adecuado. Sin confianza en uno mismo, sin quererse y sentirse querido, nadie puede sentirse pleno.
Es importante hacer la diferencia entre mimar con educar. Los niños, así como toda persona merece respeto, y siendo que están en una etapa de aprendizaje, merecer ser guiados y alentados además de ser corregidos. Si no le mostramos y tratamos como una persona valiosa, el niño no sabrá que lo es.
Asumir las consecuencias de lo que haga, es parte de su educación, pero no confundamos aquello con maltrato. Es distinto decirle que mientras no termine su almuerzo no se le podrá servir el postre, a imponerle un castigo que melle su bienestar.
Tratar con respeto a un niño no es ser complaciente, es asumir la tarea de la crianza con cariño y sabiendo que tenemos delante una persona en formación con toda la responsabilidad que eso implica.
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