agosto 21, 2020

Mitos de la suplementación con hierro

Mitos de la suplementación con hierro - Mis Primeros Tres

Los efectos que produce la anemia en la primera infancia, repercuten posteriormente, en todas las dimensiones del desarrollo de las niñas y los niños. Al respecto, deben comprenderse dos temas: el primero está relacionado con el principal nutriente cuya deficiencia causa la anemia nutricional, este es el hierro; y el segundo tema, es la edad en la que se produce la anemia, que tiene mayor repercusión en los efectos posteriores cuando se presenta en el primer año de vida, momento en que se produce la mayor velocidad del desarrollo del cerebro, que no se repite.

Lo que se sabe, según la ciencia, es que, durante los primeros seis meses de vida, la cantidad de hierro que necesita él bebe es mínima, más aún, si al momento del parto le cortaron el cordón umbilical luego de 2 o 3 minutos del nacimiento; permitiendo que reciba una cantidad extra de sangre materna, es decir, recibirá una cantidad de hierro extra que le durará hasta los 4 meses de vida del bebé. Pero durante el segundo semestre de vida, el hierro que necesita él bebé se incrementa en 10 veces más (si ponemos números, pasa de 0,27 mg/día a 11 mg/día; respectivamente), la razón de este aumento, como ya lo señalamos anteriormente, es que en este periodo se da un mayor número de conexiones neuronales en el cerebro; además de otros procesos. Luego, entre los 12 y 36 meses, el hierro que necesita él bebe se reduce.

En tal sentido, a partir de los cuatro meses de vida, el bebé, debe recibir su suplemento de hierro en gotas de manera preventiva tal como se lo indique el personal de salud y continuar con la lactancia materna exclusiva hasta los seis meses.

En razón a que la proporción de niñas y niños menores de tres años afectados por anemia en el país es elevada (más 40%), el Estado implementa una intervención con suplementos de hierro para este grupo de edad, que incluye el uso de micronutriente en polvo (insumo cuya entrega se está descontinuando), gotas y jarabe de hierro, que son usados de manera intercambiable por el personal de salud, como forma de continuar la suplementación.

Sobre los mitos relacionados a las practicas alimentarias, muchas veces se contraponen a las consideraciones técnico-clínica de los profesionales de salud. En suma, algunas prácticas, merecen ser reforzadas y otras corregidas.

  • En comunidades aguarunas, consideran como comidas tabúes los intestinos de los animales y las carnes de los animales de caza y algunas aves. Esta práctica sigue vigente y lo comparten como información valida, así se tiene alimentos para las mujeres embarazadas, para mujeres parturientas, para los niños.
  • En el imaginario de las comunidades indígenas Awajum Wampis, la eficiencia de una acción, está dada por la rapidez y la contundencia con que contribuye a superar el problema. Un ejemplo de ello, en el caso de salud se busca que resolver de manera rápida la enfermedad, a través del uso de inyecciones y mezcla de medicamentos. Por tanto, genera cierta “desconfianza” el hecho que debe suplementarse el hierro, durante un año, esto provoca cansancio y desinterés progresivo en participar activamente del proceso de suplementación. Esto está asociado al hecho de que el suplemento es percibido como un medicamento.
  • En la región andina, los jarabes son vistos como remedios contra “enfermedades” y para reforzar una situación de salud delicada. También las pastillas (paracetamol, ibuprofeno) se reconocen y respetan como medicinas introducidos útiles. Si la anemia, se concibe como “enfermedad”, y los micronutrientes (chispitas) como una medicina para curarlo, resulta ambiguo, explicar que es un suplemento nutricional que tiene que agregarlo a la comida.

Mitos respecto a los alimentos ricos en hierro

  • La betarraga, tomate, rabanito, dan más sangre y curan la anemia. El color rojo de estos alimentos no debe ser asociado con la sangre; tienen poca o ninguna cantidad de hierro, por tanto, no curan ni previenen la anemia.
  • Comer mucho limón mata la sangre, ocasionando anemia. El limón y los cítricos, son fuente de vitamina C, que favorece la absorción de hierro de alimentos de origen vegetal.
  • Los extractos de alfalfa, hierba buena o betarraga curan la anemia. Estos alimentos contienen pocas cantidades de hierro y sus compuestos impiden la absorción de ese hierro, por tanto, no curan ni previenen la anemia.
  • Comiendo solo menestras nos curaremos de la anemia. Las menestras contienen una pequeña cantidad de hierro que no se absorbe fácilmente; además, la cantidad que necesita el niño y la gestante son tan altos que no se llegan a cubrir.
  • Las niñas y niños con sobrepeso no tienen anemia. La idea es falsa, un niño con sobrepeso también puede tener anemia y esto puede ocurrir por una alimentación que no incluye cantidades adecuadas de hierro de origen animal.
  • Comer espinaca es bueno porque tiene mucho hierro. La espinaca tiene poca cantidad de hierro y sus compuestos impiden que ingrese al cuerpo.

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