octubre 13, 2020

¿Soportar Violencia Familiar vs Ser Madre Soltera?

Violencia doméstica, es el abuso que se genera entre los miembros de una familia. Mujeres y niños son las víctimas más comunes y, donde existe violencia contra mujeres, es más probable que los niños sean violentados también.

Esta violencia es frecuente y los niños son testigos y víctimas de ella; sus efectos pueden prolongarse a lo largo de su vida y pasar a generaciones posteriores. Los niños expuestos a violencia doméstica son más probables de convertirse en abusadores, y las niñas expuestas al abuso contra sus madres, tienen más probabilidad de aceptar ser violentadas de adultas.

Una de cada cuatro mujeres en el mundo, es maltratada por su pareja; además, es más probable que sean violentadas si tienen niños, sobre todo en el embarazo o tras el nacimiento.

Los niños sufren si su madre o padre son maltratados, si por la violencia son desatendidos (no son alimentados o cuidados), o si  son abandonados. Si la madre tiene miedo a su pareja, pierde la capacidad para responder a las demandas del niño, y sus necesidades afectivas, rutinas de alimentación y sueño se alteran.

El niño puede sufrir angustia (chupándose el dedo, llorando frecuentemente), dolores de barriga o cabeza, descontrol de esfínteres, problemas para dormir, irritabilidad, regresiona y actúa como un niño más pequeño, muestra signos de terror como tartamudear u ocultarse o se culpan si la madre se enoja.

Estos niños tienen mayor riesgo de padecer problemas de salud de adultos, como depresión, ansiedad, diabetes, obesidad, cardiopatías, etc. Poder recuperarse del abuso, depende de tener un buen sistema de apoyo o relaciones saludables con adultos de confianza. Aunque nunca olviden lo vivido, pueden aprender a lidiar saludablemente con sus emociones y recuerdos. Cuanto antes reciba ayuda, mayores probabilidades de sanar existen.

¿Es mejor permanecer en una relación abusiva que criar sola a un niño?

Es mejor criarlo en un ambiente seguro, estable, amoroso y sola. Podemos creer que los hijos no sufren si no ven el abuso, pero sienten la tensión y el miedo.

Escuchar y hablar con los niños, remarcarles que el abuso está mal y no es su culpa, es importante. Hablar con personas que ayuden y brinden opciones para salir de una relación abusiva, es imperativo.

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