febrero 6, 2020

La importancia de la No normalización de la violencia

La importancia de la No normalización de la violencia - Mis Primeros Tres

La violencia infantil según la Organización Panamericana de la Salud es todo maltrato físico, emocional, abuso sexual, abandono, negligencia o explotación, que ocasionen daños a la salud, desarrollo o dignidad del niño, en una relación de responsabilidad o poder. Las Naciones Unidas reconoce el impacto permanente del maltrato en su salud integral.

El maltrato sufrido por los niños menores de 5 años, es especialmente dañino, por la vulnerabilidad y porque el desarrollo en esos años es el fundamento de lo que la persona será. El cerebro alcanza el 90% de su tamaño en esta etapa. [Descubre todas las capacidades que los niños aprenden desde la gestación aquí]

El maltrato temprano provoca alteraciones en el cerebro, generando efectos permanentes en la salud, aprendizaje y comportamiento. Mientras más temprano ocurra y más dure, el daño será mayor. Los niños tienen problemas de aprendizaje porque su estrés “sobre-activa” las áreas de sobrevivencia del cerebro, en perjuicio del razonamiento complejo “bloqueándolas”.

El maltrato físico deja señales visibles, pero el maltrato emocional, menos evidente (rechazo, hostilidad o negligencia), también daña. Debemos dejar de naturalizarlo, rompiendo creencias que lo validan: El que disciplina golpeando, lo cree correcto y considera que el niño “desobediente” es golpeado “por su bien”. Necesitamos reeducarnos y difundir lo dañino de la violencia. [Conoce cómo aplicar disciplina positiva aquí]

El maltrato pasa de una generación a otra: El niño violentado, puede ser violento de adulto; debe romperse ese ciclo. Para mitigar la violencia, debe visibilizarse también la discriminación de género que causa violencia contra niñas, la tolera y desalienta su denuncia.

Los niños presentan problemas de comportamiento cuando los padres niegan una situación violenta, intentan no dar importancia a la violencia para protegerse del dolor y pocos hablan sobre ello; sus sentimientos y pensamientos se fragmentan y desorganizan, teniendo dificultad para explicarlos. Muchos niños expuestos a violencia familiar sufren silenciosamente sin atención.

Efectos

  • Socialización: Aislamiento, inseguridad.
  • Síntomas regresivos: orinarse dormido, retraso del lenguaje, actuar como bebés.
  • Aprendizaje: dificultades de concentración-atención, fracaso escolar.
  • Emociones: Rabia, “el mundo es amenazante”, culpa (por violencia en casa), pobre manejo emocional, negar la violencia, normalizar el sufrimiento y agresión, tristeza, baja autoestima, miedo a morir o perder a los padres.
  • Estrés postraumático: Insomnio, pesadillas, fobias, ansiedad, re-experimentación del trauma.
  • Asume roles protectores con hermanos o padres.

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