mayo 31, 2019

Atención al ritmo del bebé durante su desarrollo en el 1er año de vida

Atención al ritmo del bebé - Mis Primeros Tres

Cuando hablamos del logro de determinados hitos en el desarrollo del bebé como el sentarse, gatear, caminar o hablar, debemos tener en cuenta las particularidades de cada uno. El que haya cumplido cierta edad no implica que deba haber logrado hacer todo lo que indique una cartilla, esta es sólo una referencia.

El tiempo que le toma a cada bebé afianzar cada logro, sentarse, gatear, etc.  es el ritmo; cada persona tiene un ritmo de desarrollo distinto, no todos logran las mismas cosas al mismo tiempo, igual que el crecimiento físico, se mueve entre referentes, no todos tienen la misma talla a la misma edad.

El desarrollo depende de la maduración neuropsicológica del bebé, por lo que hay destrezas que, para lograrlas, es necesaria la maduración de las áreas cerebrales encargadas: dejar el pañal, por ejemplo, depende del desarrollo cefalocaudal, que es la maduración del control corporal desde la cabeza a los pies: el bebé primero logra sostener su cabeza, luego apoyarse sobre sus brazos, sentarse y así progresivamente. Un bebé que no camina no podrá dejar el pañal, o si aún no logra pararse solo, no podrá aun caminar.

Todos somos diferentes, con más o menos habilidad para algunas cosas. Es muy importante no forzar o insistirle a un bebé a hacer cosas para las que no está preparado biológicamente. Respetar los tiempos que necesita para dominar de ciertas habilidades es fundamental para el logro de estas.

Debemos contemplar su nivel de desarrollo, pues hay habilidades que, para que puedan lograrse, debe haberse alcanzado previamente cierta maduración (dejar el pañal, por ejemplo).  Si el sistema nervioso no ha madurado lo suficiente, quiere decir que no se está preparado.

Presionando provocamos una actitud negativa y evasiva hacía esa habilidad, y cuando el niño sí esté preparado biológicamente, es probable que no la realice al asociarla a algo negativo. Debemos estimular sin presionar, con cariño, empatía y comprensión, desde el juego, buscando momentos propicios (cuando no estén cansados) y dedicar un tiempo moderado a ello.

El desarrollo del bebé es un proceso particular y gradual de maduración y experiencias. Es un proceso personal en el que cada uno seguirá sus propios tiempos y alcanzará progresivamente sus logros cuando esté preparado, con la ayuda del adulto.

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