marzo 12, 2020
Impacto de la violencia física y psicológica en la infancia
El maltrato infantil incluye abuso físico, sexual, mental y abandono; ocurre en casa, colegios o las calles. Afecta la salud física y mental, perjudica el aprendizaje y socialización. Su impacto es devastador. Hasta los 5 años, el maltrato es más dañino.
El maltrato infantil se asocia con alteraciones en la estructura cerebral. El cerebro se desarrolla en la infancia y la violencia perjudica este desarrollo en áreas sensibles al estrés; afecta la comunicación entre estas áreas y su funcionamiento para aprender. Alteran la memoria, atención y funciones afectivas (regulación emocional y procesamiento de estímulos afectivos).
El maltrato causa vínculos inseguros. Si el niño no logra vínculos seguros con sus cuidadores, sus relaciones interpersonales y su identidad se alterarán. Tendrá dificultad en imaginarse positivamente a sí mismos a futuro.
Los niños violentados sienten ira que puede incorporarse en su personalidad, dificultando el auto-control, y gatillando reacciones violentas. Los niños aprenden del adulto, no pueden aprender modos pacíficos de modelos violentos. El niño para controlar sus miedos reprime sus sentimientos, afectándose su capacidad empática; si no siente empatía, no controlará su enojo y será insensible a la violencia y dolor.
La interacción con el entorno y las experiencias, son determinantes en el desarrollo. Dependiendo de ellas, las personas serán más o menos vulnerables al estrés. El estrés severo produce cambios permanentes en las respuestas a este, aumentando el riesgo de sufrir depresión, ansiedad, dispersión, trastorno de estrés postraumático, etc.
El abuso sexual produce consecuencias graves y perdurables. Puede que la víctima no desarrolle problemas evidentes de niño y aparezcan en su adultez. El incesto es la forma más severa, distorsiona los vínculos afectivos y roles familiares, dañando profundamente la capacidad de relacionarse. Su gravedad, tiene relación directa con la gravedad, duración y frecuencia del abuso, y cuanto más pequeño el niño, más grave. Ocasiona graves deterioros de desarrollo físico, mental, emocional y social.
Aprender a confiar es la tarea principal del niño. La confianza es fundamental para el desarrollo y crea la base de la auto-confianza y el respeto a sí mismo. Que el niño confíe depende de la capacidad de la familia de cuidarle y de quererle.
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